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01 diciembre 2025
Categoría : Reportaje
Luzia y las nuevas voces que cambian Angola
El Programa PASCAL está consiguiendo abrir espacios de participación real para miles de jóvenes y mujeres en Angola
En el barrio de Baú, en Catumbela, en la franja litoral de Angola, las noches son oscuras y el agua todavía hay que buscarla lejos. Durante la época colonial, Catumbela fue un enclave azucarero e industrial. Hoy sigue siendo un municipio con tradición agrícola, pero con graves déficits de servicios básicos. Luzia, de 22 años, comparte techo con su abuela Julia, que a los 62 aún sostiene con su trabajo en el campo la vida de diez nietos y nietas. Entre las carencias y el esfuerzo cotidiano, Luzia ha encontrado en el proyecto PASCAL un espacio para alzar su voz.
“En estos proyectos es donde tenemos voz. Antes no sabía que podía hablar con la administración, ahora sé que es mi derecho”, cuenta Luzia que forma parte de la Associação Projeto Cidadania. Para ella participar significa mucho más que asistir a una reunión: es presentar propuestas sobre problemas de su comunidad “como la iluminación o el saneamiento” y comprobar que la administración empieza a escucharlos.
Su historia refleja lo que el proyecto PASCAL está consiguiendo en Angola: abrir espacios de participación real para miles de jóvenes y mujeres que durante años quedaron fuera de la toma de decisiones.
En su comunidad, Luzia explica lo que significa participar:
“Yo participo porque aquí es donde podemos hablar de las carencias de nuestro barrio. Si solo un ciudadano reclama, no se le escucha; pero si lo hacemos en nombre del proyecto, con formación y conocimiento, nuestra voz llega más lejos.”
El Proyecto de Apoyo a la Sociedad Civil y la Administración Local (PASCAL) nació en 2021 como respuesta al gran reto de la descentralización en Angola. Financiado por la Unión Europea y gestionado por un consorcio europeo liderado por la FIAP (España) y la Agencia Central de Proyectos de Lituania (CPVA) en colaboración con el Ministerio de Administraciones del Territorio de Angola, su propósito ha sido acompañar la implementación de la nueva Ley de División Político-Administrativa, reforzar las capacidades de las administraciones locales y abrir canales de diálogo permanentes entre Parlamento, gobiernos municipales y sociedad civil. En definitiva, crear las condiciones para que las futuras autarquías se construyan sobre bases sólidas, inclusivas y participativas.
Lo que vive Luzia refleja un cambio más amplio que ya se siente en todo el país. Entre 2024 y 2025, más de 12.000 personas participaron en actividades de PASCAL, de las cuales 3.518 eran jóvenes. En provincias como Huíla, cientos de jóvenes se reunieron en foros juveniles y entregaron directamente sus propuestas al gobernador. Para Teófilo Silvestre, especialista en gobernanza e innovación pública de PASCAL: “Hoy jóvenes y mujeres ya se sientan cara a cara con diputados y gobernadores. Eso nunca había sucedido.”
Para Teófilo entre los resultados más sustanciales del proyecto destacan “la confianza creada con instituciones estratégicas como la Asamblea Nacional y el propio Gobierno; el fortalecimiento de capacidades en los 25 municipios de intervención; la activación de los espacios de participación ciudadana, como los consejos de consulta y concertación; y la capacitación de los equipos de la administración local en gobierno abierto, planificación, transparencia y rendición de cuentas.”
Estos avances se reflejan en la práctica: más de 50 diputados participaron en formaciones y visitas de estudio sobre descentralización, mientras que más de 450 funcionarios de 25 administraciones municipales ya han sido formados en gobernanza participativa y presupuestos sensibles al género.
La participación femenina también ha dado un salto. 2.346 mujeres se implicaron en las actividades del proyecto. Según Analdina Nouemou, responsable de género en PASCAL:
“Muchas mujeres no sabían que participar en los consejos locales era un derecho. Ahora, incluso desde zonas rurales, se organizan en grupos y llevan sus propuestas a la administración.”
Desde Catumbela, la lideresa comunitaria Maria Joana Lopes da Silva lo confirma:
“Las mujeres ya no son solo proveedoras del hogar. También deciden sobre iluminación, saneamiento o educación en sus comunidades.”
También el propio gobierno reconoce avances. Para Teresa Quiviénguele, Secretaria de Estado para la Administración del Territorio “la iniciativa PASCAL es de gran interés para el Gobierno de Angola, porque en nuestro Plan de Desarrollo Nacional 2023–2027 apostamos por la desconcentración de los servicios públicos y por una mayor participación de la ciudadanía en la vida pública. Con este apoyo reforzamos la capacidad institucional de las administraciones locales para ampliar los espacios de participación y de involucramiento ciudadano.”
El proyecto ha puesto a dialogar a actores que antes apenas coincidían. Diputados de la Asamblea Nacional, administradores municipales y sociedad civil han compartido talleres y foros, con un aprendizaje en ambas direcciones. Y los municipios empiezan a sentirlo. Paulino Banja, administrador de Cubal, lo explica con claridad:
“Con PASCAL hemos tenido encuentros juveniles y con autoridades que han dado mucha fuerza a la participación. Las propias mujeres expresan sus derechos, y eso es un gran avance para nuestro municipio.”
Los resultados alcanzan también a quienes vigilan y narran lo que ocurre en las comunidades. Augusto Manuel, periodista en Benguela, lo resume así:
“La formación que recibimos nos dio herramientas para un periodismo más comunitario. Hoy podemos ir a los barrios, escuchar a la gente, denunciar ineficiencias y reportar la pobreza que se vive. Eso da luz a la realidad del país.”
Este trabajo ha fortalecido una Red de Periodistas Ciudadanos que ya publica reportajes desde los municipios, amplificando la voz de la sociedad civil y reforzando la transparencia.
El mismo impulso se ha visto en la Red de Mujeres Líderes en la Gobernanza Local, que ha permitido que decenas de mujeres asuman un papel más activo en consejos comunitarios y espacios de decisión.
Los números lo confirman: 2.346 mujeres han participado en las actividades de PASCAL y 14 organizaciones de la sociedad civil accedieron por primera vez a subvenciones de la Unión Europea que han permitido poner en marcha 8 proyectos.
Este proceso no solo ha elevado la confianza y el liderazgo de las mujeres, sino que también ha transformado la agenda local: hoy las prioridades comunitarias incluyen temas como guarderías, agua y seguridad, directamente vinculados a las demandas femeninas.
Los números lo muestran: 855 actividades dinamizadas en 25 municipios, 40 organizaciones apoyadas con un millón de euros en subvenciones y una creciente confianza entre instituciones y ciudadanía. Como recuerda Pablo López Dean, coordinador de PASCAL:
“A lo largo de estos cuatro años, el proyecto ha logrado conquistas reales, tanto en la creación de confianza entre instituciones y sociedad civil, como en la apertura de espacios de diálogo y en la igualdad de género. La descentralización es un proceso que necesita tiempo, confianza y diálogo. Lo importante es que ya nadie se queda atrás.”
Para Luzia, el cambio no es solo comunitario, también personal:
“Participo porque no quiero quedarme parada. En estos proyectos encontramos la voz para hablar de lo que pensamos. Y gracias a las formaciones, ahora me siento más segura. Mi sueño es ser emprendedora y ayudar a otros jóvenes a emprender también.”
Europa, África y América Latina: un intercambio que transforma
Uno de los ejes fundamentales de PASCAL ha sido el intercambio de experiencias entre administradores públicas de diferentes continentes y niveles de gobierno. “El proyecto está alineado con las estrategias del Gobierno de Angola y de la Unión Europea, y busca potenciar una gobernanza participativa basada en las personas, donde todo el mundo tenga un espacio para hablar y, lo más importante, donde nadie debe quedarse atrás”, explica Pablo López Dean, coordinador del proyecto.
En estos cuatro años, diputados, diputadas y representantes de las administración pública angoleña viajaron a España y Sudáfrica para conocer modelos de descentralización y presupuestos participativos y trabajar junto a la Southern African Development Community (SADC) como referente regional en legislación inclusiva. Europa también aportó su bagaje desde España a través del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, el INAP, el Instituto de la Juventud, la Federación Española de Municipios y Provincias, y desde Lituania a través del Foro Nacional sobre discapacidad, el Consejo de la Juventud y el Instituto de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas, entre otras instituciones.
Así, Angola se ha conectado a una red más amplia de prácticas y aprendizajes que trasciende fronteras, confirmando que la cooperación no solo financia, sino que crea comunidad y confianza.
Para la FIAP, este proyecto refleja su valor añadido: poner el conocimiento de las administraciones públicas europeas al servicio de la cooperación, creando espacios de confianza y diálogo entre iguales. Como destaca el director de FIAP, Francisco Tierraseca:
“La innovación institucional en el diálogo y la co-creación de políticas públicas es una de las principales aportaciones de FIAP: abrir canales inéditos entre parlamentos, administraciones y ciudadanía, acompañando procesos con evidencias y buenas prácticas internacionales.”
📸 Galería de fotos:
Laura Cárdenas, consultora de comunicación en esta actividad del Proyecto PASCAL
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