29/05/2025
En el marco del proyecto Amazonía+, especialistas de Paraguay, Uruguay, Chile, México, Ecuador, Colombia, Brasil, Perú y Bolivia han profundizado en el análisis del comportamiento, la meteorología asociada y la dinámica de propagación de los incendios forestales.
Ningún país es ajeno a las situaciones complejas de incendios forestales. Este tipo de incendios se caracterizan por la simultaneidad de focos o por su alta velocidad de propagación, gran intensidad y complicado comportamiento, lo que supone grandes retos a la gestión y extinción de los mismos. Interactúan y pueden modificar las condiciones meteorológicas de la zona, dificultando aún más las operaciones y planificación de la extinción. Además, están afectados por el cambio global, tanto climático como socio-económico, que favorece las circunstancias y factores para su inicio y propagación.
Por ello representantes de Paraguay, Uruguay, Chile, México, Ecuador, Colombia, Brasil, Perú y Bolivia han participado en un encuentro en el Centro de Formación de la Cooperación Española de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), con el objetivo de combatir estos incendios de gran severidad y adoptar un enfoque de Manejo Integral del Fuego, centrado no solo en el combate de incendios, sino también en su prevención, la gestión del paisaje y el conocimiento del fuego y su comportamiento, comprendiendo el uso que comunidades campesinas e indígenas hacen de él.
El curso ha sido organizado por la Unión Europea a través del programa Amazonía+, implementado por la FIAP, AICS y Expertise France, en el contexto de las actividades del Grupo de Expertos sobre Fuegos Forestales (GEFF LAC), que reúne a expertos sobre incendios forestales de los países en Sudamérica y México para el intercambio de conocimientos y buenas prácticas en el Manejo Integrado del Fuego. Amazonia+ es una iniciativa destinada a apoyar a los países amazónicos en la reducción de emisiones de CO₂, la adaptación al cambio climático y la protección de la biodiversidad. En este marco, la FIAP ha movilizado a expertos y expertas del equipo de evaluación y asesoramiento en incendios forestales (FAST) de España, coordinado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y a instructores de la Fundación Pau Costa.
Este curso forma parte de un esfuerzo por fortalecer capacidades técnicas regionales en el marco del Manejo Integral del Fuego. Los participantes se han formado en herramientas analíticas que les permitirán interpretar la dinámica de los incendios, modelar su posible evolución, y tomar decisiones estratégicas y tácticas fundamentadas en criterios técnicos, meteorológicos y de seguridad. El objetivo final es compartir una visión alrededor del comportamiento y movimiento de los incendios forestales e intentar crear un modelo común de análisis.
Asimismo, se ha promovido la comprensión del fuego no solo como una amenaza, sino como un elemento presente en muchos sistemas socioecológicos. Entender los usos tradicionales que las comunidades campesinas e indígenas hacen del fuego, y cómo integrarlos en la gestión del territorio, es parte esencial de un enfoque adaptativo, culturalmente pertinente y ambientalmente eficaz. Carmen María Sarango, técnica analista en incendios forestales de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgo de Ecuador, ha destacado cómo “estas herramientas formarán parte y fortalecerán el conocimiento en nuestro país. Con ellas vamos a ser mucho más oportunos y eficientes, fortaleceremos directamente a nuestros combatientes y bomberos forestales en el país”.
Bolivia ha enfrentado en 2024 la peor temporada de incendios forestales de su historia. Según datos oficiales, se quemaron más de 12,6 millones de hectáreas, lo que representa aproximadamente el 11,5% del territorio nacional. De esta superficie, 7,2 millones de hectáreas correspondieron a bosques y 5,4 millones a pastizales, afectando gravemente a ecosistemas vitales y comunidades indígenas.
El departamento de Santa Cruz fue el más afectado, seguido por Beni y La Paz. La magnitud de la crisis llevó al Gobierno boliviano a declarar emergencia nacional el 7 de septiembre y desastre nacional el 30 de septiembre de 2024.
Las consecuencias fueron devastadoras: pérdida de biodiversidad, afectación a áreas protegidas, desplazamiento de comunidades, interrupción de actividades económicas y niveles de contaminación atmosférica que alcanzaron categorías de «extremadamente mala» en varias ciudades.
René Román Cerezo, consultor del Ministerio de Medio Ambiente y Agua de Bolivia, ha destacado que “en el contexto que tenemos en el país, de incremento de incendios forestales y de nuevos tipos de incendios, es importante este tipo de capacitaciones para que podamos conocer el comportamiento del fuego, mitigar su propagación y también el daño que puedan generar”.